Macarrones con tomate

Penne al pomodoro, pasta con salsa de tomate y albachaca, macarrones a los tres tomates… En definitiva, unos macarrones con tomate de toda la vida, pero que se escapan de los macarrones con tomate de piso de estudiante, esos que se cuecen y se les añade tomate frito. Unos macarrones con tomate con fundamento. Tan secillos como sabrosos.

Tengo un compañero (al que le tengo que agradecer el logo del blog y varios apaños en el css) que dice en su web «menos es más, más o menos«, y le quiero coger prestada esa frase para describir este plato.  Porque en la cocina, al igual que en el diseño, hay veces en las que se agradece lo sencillo y puro, sin máscaras.

Ésta es mi receta de macarrones con tomate.

Ingredientes (2 personas)

• 200 gr. de macarrones
• 2 tomates pera maduros
• 8 tomates cherris
• 2 chucharadas pequeñas de tomate concentrado
• 2 dientes de ajo
• 3/4 de vaso de vino blanco
• 1 un puñado de albahaca
• Aceite y sal

Elaboración

Primero he puesto una cazuela con abundante agua y un poco de sal a cocer. Cuando llegó a ebullir el agua añadí la pasta. El tiempo de cocción depende del tipo de pasta, en este caso utilicé unos macarrones de sémola de trigo duro que necesitaron 10-12 minutos. Os recomiendo que hagáis caso a las instrucciones del paquete, y controlar el punto por si os gusta que esté al dente.

Mientras la pasta se cocía, en una sarten puse a sofreir los dos dientes de ajo bien picados. Cuando adquirieron un color dorado añadí los dos tomates picados en dados y los tomates cherris partidos por la mitad. La manera de preparar los tomates depende de los gustos de cada uno, a mí me gusta encontrarme con las pepitas y las pieles, por lo que no suelo tener demasiado cuidado al cortar los tomates, lo suelo hacer más bien grosso modo. A los cinco minutos agregué el tomate concentrado y lo cociné todo durante 10 minutos a fuego vivo. Después, añadí el vino blanco para desglasar todos los jugos del tomate que se habían quedado casi sin agua y lo acompañé con un puñado de albahaca picada a mano.

Dejé que la salsa se cocinara durante cinco minutos más, y luego añadí la pasta ya cocida y escurrida, para que el sabor de la salsa impregnara los macarrones durante 3 minutos más.

Serví los macarrones junto con un poco de parmesano rallado y una ensalada verde con cebolleta para completar el menú. Un vasito de vino y ¡a disfrutar!

Observaciones

En cuanto a la cantidad de tomate que he añadido, tengo que reconocer que a mi me gustan los macarrones más bien secos de salsa. Además, me gusta que la pasta se cocine junto con la salsa para que abosrba los sabores, y más en este caso, ya que usé unos macarrones rallados donde la salsa se mete dentro. ¡Queda mucho más rico!