Salmorejo

Hoy os traigo otra receta veraniega: un salmorejo a mi manera. Y digo a mi manera, porque no quiero que esta receta se interprete como el auténtico salmorejo cordobés. No es algo que me corresponda a mí establecer cuál es realmente. Creo, según lo que he leído, que el salmorejo auténtico no lleva vinagre, pero a mí me suele gustar el toque que le da un pequeño chorrito; también hay gente que pone a remojo el pan, a veces con agua, otras incluso con algo de fino, y yo no lo suelo hacer nunca…supongo que serán detalles que hacen que el salmorejo sea más o menos auténtico.

Les he quitado el pedúnculo a todos los tomates, y los he cortado en trozos grandes e irregulares (sin cuidado) añadiéndolos a un recipiente para triturarlos. Después, he pasado todo lo triturado por un colador, para desechar las pieles y las pepitas.

He añadido el pan en trozos, junto al ajo, la sal y el vinagre. Lo he vuelto a triturar todo con la batidora, añadiendo poco a poco el aceite para que fuera emulsionando.

El resultado es una crema espesa, que seguidamente guardo en el nevera para tomarla muy fría, acompañada de huevo cocido picado y un picadillo de jamón.