Viajando: Estocolmo

por naikari posteado el 04/02/2012 categoría Viajes

¡Ya estoy de nuevo de vuelta por aquí! La semana pasada estuve de vacaciones con mi novio y esta semana no he tenido tiempo de ponerme a escribir en el blog.

Nos hemos ido a Estocolmo y a Copenague a pasar un poco de frío durante una semana. Primero estuvimos en Estolcomo, y este post lo dedicaré a esa primera parte del viaje.

La ciudad me ha encantado. Me ha parecido muy tranquila, con poco ruido, agradable para dar largos paseos y con unos rincones realmente acogedores. La ciudad está compuesta por varias islas, creando un paisaje único. Además, al pasear por ella se tiene una sensación de relajación y desahogo. Lejos del agobio que suelen causar los edificios altos y calles bulliciosas de la mayoría de las capitales de estado.

Por otra parte, viajar en invierno no ha sido un problema para disfrutar de la ciudad, pese a las pocas horas de luz (a las 16:30 empezaba a anochecer) y el frío invernal (entre -3 y 0 grados de día). El clima ha ayudado a embellecer el paisaje con la nieve y el lago helado, y nos ha dejado ver cómo llevan el día a día los habitantes pese al frío, con total normalidad.

Como no podía ser de otra manera, su gastronomía ha sido uno de los temas en los que he puesto más interés. En todos mis viajes, el mercado es una parada obligatoria, por eso, el segundo día, visitamos el mercado de Saluhall, situado en el centro de la ciudad. Era un mercado no muy grande, y bastante sibarita, con mucha comida precocinada y unas presentaciones muy cuidadas. También contaba con varios puestos que servían comida para comerla en el mismo mercado.

Estocolmo, es una ciudad cara, muy cara. Por eso, hemos tenido que cenar varias veces en la cocina del albergue. Aún así, hemos hecho alguna escapada a los restaurantes del lugar, intentado buscar unos platos lo más autóctonos posibles.

Me ha llamado la atención especialmente, que en todos los restaurantes el menú incluía un buffet libre de ensaladas, panes caseros y mantequilla, además de algunas pastas y café. Las cartas ofrecían platos calientes como sopas y cremas y platos de pescado, en su mayoría de trucha o salmón. En cuanto a las carnes, el plato más repetido eran las típicas albondigas suecas, que afortunadamente no tenían nada que ver con las que te sacan en Ikea. Las guarniciones eran generalmente de unas deliciosas patatas pequeñas, hervidas con su piel y servidas con suaves salsas blancas y hierbas aromáticas.

Visitamos muchas cafeterías para combatir el frío, y tengo que reconocer que me han enamorado. Estaban decoradas con mucho mimo, con velitas y plantas o flores en cada mesa y repisa. Era un placer estar en ellas. Sus mostradores estaban llenos de apetecibles dulces y era casi imposible no caer en la tentación.

Pero de todas ellas tengo que destacar ésta: Helin Voltaire. Situada en la isla de Djugarden, al lado del Vasa Museum y Skansen. Casi toda la isla está compuesta por un parque y jardines abiertos, aunque también se encuentran los dos museos citados y el parque de atracciones de la ciudad. Nosotros fuimos a visitarla por la mañana, con todos los jardines nevados, el parque de atracciones y Skansen cerrados y el canal congelado. Exceptuando la gente que aprovechaba los caminos del parque para hacer ejercicio o dar un paseo, estaba desierta. En un momento dado, vimos que una pareja entraba en una casa y decidimos seguirles al ver que la puerta estaba abierta. Y dentro nos encontramos con esto:

Era un lugar realmente especial. En el mostrador tenían los dulces, y detrás se encontraba la cocina a la vista de todos. Junto a las mesas había una chimenea, que hacía la cafetería aún más acogedora, teniendo en cuenta las condiciones que había fuera (pena que la mesa junto a ella estaba ocupada cuando llegamos).

Nos tomamos un pastel de zanahoria delicioso, acompañado por un café solo y un warm chocolate (leche caliente con cacao en polvo, con nata montada por encima, todo un vicio).

En sus paredes de ladrillo, había una exposición de una fotógrafa de gastronomía que me llamó especialmente la atención. Se llama Sara Ringström, pero todavía no he encontrado una web con su portfolio.

Estuvimos cuatro días y nos sirvió para hacernos una idea de la ciudad, pero nos hemos quedado con ganas de volver y conocerla con más detalle. Quizás las próxima, sea en primavera.

En el próximo post os contaré cómo fueron los días que pasamos en Copenague.

¡Besos hasta entonces!

9 Responses to Viajando: Estocolmo

  1. Ongi etorri!!!! Zelako argazki politxak!!! Gehixau ikusteko goguakin! Igual nos sorprendes con una receta nordica??? Ummmm que rico jejjeje patxitosss

    • Pues ya tengo cosas en mente…pero eso será después del post sobre Copenague. Muxu potolo bat!

  2. ¡que maravilla! se me han puesto los dientes largos… habrá que ir pensando en organizar un viaje a Estocolmo…. Ya he empezado a gestionar la cena con Andoni, ¿Podremos degustar la receta nórdica? :)

    • Pues igual sí! A ver cuándo tiene un día libre Andoni y montamos una cena en casa. Muxu bat!

  3. Oso argazki politak eta post-a ere oso interesgarria!

    • Eskerrik asko Imanol! Ta ongi etorri blogeko komentarioetara!

  4. Berriz ere ederra Naika! Vasa museum eta Skansen-ekin oroitzapen batzuk etorri zaizkit…eta jendea bertako errezetak eskatzen ari danez…hemen nere proposamena. Lortu al dezu «Kannelbullar» -en errezeta onik? Hor erronka! nere saiakera frakaso bat izan zan eta…

    • Ba erronka hori nik neuk jarri nion neure buruari han nengoela. Dinamarkan ere jaten dira eta handik ekarri nituen batzuk honutza. Zihur egon egingo ditudala! Muxu bat!

  5. estocolmo que bella ciudad cuanto se te fue en gastos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *